Uruguay, frente a sí misma

Iñaki Dufour

Iñaki Dufour

Doha, 28 nov (EFE).- En el desfile hacia la salida por la zona mixta del gigantesco estadio de Lusail, tras el 2-0 contra Portugal, la frustración, el enfado, era visible en cada uno de los rostros de los jugadores de la selección uruguaya, al filo del desastre en el Mundial Qatar 2022, con un empate y una derrota cuya dimensión queda limitada porque aún depende prácticamente de sí misma, de una victoria contra Ghana por más goles que Corea del Sur, si el conjunto asiático es capaz de vencer al equipo luso.

Uruguay no ha sido Uruguay hasta ahora en el torneo. Ni en el 0-0 contra Corea del Sur, que lo superó en el primer tiempo y al que enfrentó con una ambición invisible, hasta que de verdad se lanzó hacia el ataque en los últimos minutos, cuando Fede Valverde conectó, por ejemplo, un tiro contra el poste. Ni en el 2-0 frente a Portugal, cuyo posicionamiento para la presión fue más visual que efectivo 60 minutos, hasta que recibió el 1-0 de Bruno Fernandes, hasta que de verdad se propuso atacar.

El contraste con las eliminatorias, con las expectativas que había disparado su reacción entonces, con la nómina de futbolistas convocados por Diego Alonso, pone más en evidencia los planteamientos en las dos primeras citas, mientras surge el interrogante del porqué del cambio, desfigurado e irreconocible en mecanismos como la presión, la voracidad, la intensidad y la ambición que había proclamado cuando debutó al mando, allá por el pasados mes de enero.

"No lo hemos dejado de hacer", se escudó Diego Alonso, que perdió su segundo encuentro desde que reemplazó a Óscar Washington Tabarez en el banquillo de la selección. En ningún partido había recibido más de un gol, por los dos que le marcó Portugal. Es más, en el recorrido de los diez encuentros precedentes había recibido los mismos tantos que encajó este lunes: dos, uno de Venezuela (4-1) y uno de Irán (0-1), la única vez que había perdido hasta el decepcionante choque de este lunes.

"Si ustedes ven cuando inicia el partido donde nos vamos a presionar, donde propusimos la presión y el juego hacia adelante... Pero el rival también te hace oposición y te combate lo que planteas. Por momentos sale y por momentos no. Es verdad que ellos tuvieron alguna situación más que nosotros, creo que fueron 16 a 11 lo que marca la estadística, pero si vamos al partido pasado (ante Corea del Sur, con un 0-0), tuvimos seis claras por una de Corea. No jugamos bien, pero sí intentamos ir para adelante contra Corea y ante Portugal. El rival también es bueno, compite bien y te hace no poder estar en el lugar donde uno quiere posicionarse", justificó el seleccionador.

Diego Alonso visualiza el problema en el juego, en un equipo atenazado. "Nos tenemos que soltar. El equipo se tiene que soltar y jugar como la segunda parte, como nos pasó también ante Corea, más allá de que no fuimos fluidos el día de Corea. Nos tenemos que animar a jugar más, lo que hemos tenido en las eliminatorias, ser un equipo valiente, que arriesga, que va, que juega entre líneas, con manos a manos por bandas... Tenemos que arriesgar", remarcó minutos después de la derrota, sin hablar de ambición, que también le faltó cuando entró en juego ante el líder de su grupo, el único que ya está clasificado.

Aunque Uruguay adelantó sus líneas, en comparación inequívoca con el estreno ante Corea del Sur, y subió su tramo de presión hacia el campo contrario, a la salida de la pelota de Portugal, también es cierto que la proposición de juego fue anodina durante todo el primer tiempo. Cuando sacó el balón, con una constante en los pelotazos arriba hacia Darwin Núñez y Edinson Cavani, en desventaja con Pepe y Ruben Dias, y cuando lo movió, con una imprecisión, especialmente visible en Matías Vecino, pero extensible a todos los sectores.

Hasta el gol de Portugal. Entonces, sí hubo una reacción. Otra Uruguay. En el primer tiempo sólo sostuvo la posesión un 26 por ciento. En el segundo la subió hasta un 39. Tres de sus tiros los contabilizó en el primer acto, el único realmente merecedor del título de ocasión fue la jugada individual, puntual, de Rodrigo Bentancur. En contraste, siete de sus diez "intentos de gol" los concentró desde el 1-0 en contra en adelante, incluido un remate al poste de Maxi Gómez, un tiro de Luis Suárez dentro del área y una acción de Giorgian De Arrascaeta salvada por Diogo Costa.

La entrada del mejor '10' del último campeonato brasileño y de Facundo Pellistri, en el minuto 62, ambos con presencia como titulares en los partidos de eliminatorias (en dos de cuatro, el primero, y en tres de cuatro, el segundo), personificó la reacción del equipo en el terreno de juego, complementada por la irrupción de Luis Suárez -suplente de inicio- y Maxi Gómez -por un desaparecido Darwin Núñez-.

"No salimos a ganar. Pasó lo mismo que en el primer partido", enfocó José María Giménez, autocrítico con el plan del conjunto uruguayo ante Corea del Sur y Portugal; los dos duelos de un Mundial 2022 que lo pone al borde del colapso, con sólo tres tiros entre los tres palos en tres horas de juego y con una única solución: la victoria contra Ghana el próximo viernes. De eso depende el futuro en Catar de la selección celeste, irreconocible hoy por hoy cuando mira hacia atrás, al espejo de las eliminatorias. EFE

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