La montaña rusa de emociones de Manu Ginóbili en la final del Mundial

Buenos Aires, 18 dic (EFE).- Existe un refrán que sostiene que "el fútbol es la vida en 90 minutos" (o en 120). Algo así habrá pensado el exbasquetbolista Emanuel 'Manu' Ginóbili, oro olímpico en Atenas 2004 y ganador de cuatro anillos de la NBA, que decidió presenciar la final del Mundial desde su Argentina natal.

El capitán de la selección argentina de fútbol, Lionel Messi (c), fue registrado este domingo, 18 de diciembre, al lavantar, en medio de sus compañeros, la copa mundial de la FIFA, tras ganar el Mundial de Qatar 2022, en el estadio Lusail, en Lusail, (Catar). EFE/Ronald Wittek
photo_camera El capitán de la selección argentina de fútbol, Lionel Messi (c), fue registrado este domingo, 18 de diciembre, al lavantar, en medio de sus compañeros, la copa mundial de la FIFA, tras ganar el Mundial de Qatar 2022, en el estadio Lusail, en Lusail, (Catar). EFE/Ronald Wittek

Buenos Aires, 18 dic (EFE).- Existe un refrán que sostiene que "el fútbol es la vida en 90 minutos" (o en 120). Algo así habrá pensado el exbasquetbolista Emanuel 'Manu' Ginóbili, oro olímpico en Atenas 2004 y ganador de cuatro anillos de la NBA, que decidió presenciar la final del Mundial desde su Argentina natal.

Una decisión, cuanto menos, arriesgada. En un divertido hilo de Twitter, el ídolo del baloncesto argentino relató sus vivencias como un espectador más, narrando toda una montaña rusa de emociones que, este año sí, se saldó con final feliz para la Albiceleste.

Su retransmisión particular arrancó a las 11.35 horas (14.35 GMT) de Argentina, apenas 25 minutos antes del arranque del partido. "Entusiasmo. Un poco de tensión. Qué lindo estar en Argentina para esto!", aseveró, de forma ingenua, el exdeportista oriundo de Bahía Blanca (provincia de Bueno Aires).

El choque entre Argentina y Francia no pudo empezar mejor para la Albiceleste. No solo por los dos goles a favor en los primeros 45 minutos, sino por dominar y someter futbolísticamente al combinado de Didier Deschamps.

Algo que, en cualquier caso, no disfrutó en exceso "Pipa", la mascota perruna de Ginóbili que, mediados los primeros diez minutos de juego, lucía muy relajada ante la cámara del exbasquetbolista.

"12.22. Goooool! Vaaaamos. Veo a la familia de Messi y me emociono. Qué locura total esto!", tuiteó Ginobili tras el gol de 'la Pulga'. "12.36. Qué golazo. Tremendo", agregó luego del tanto de Di María al contragolpe, coincidiendo con el momento de más euforia de la hinchada argentina.

Después del primer tiempo -en el que los jugadores albicelestes "la rompieron"-, Ginóbili sacó los clásicos "sanguchitos" de miga. Todavía pensaba que era posible comer algo en uno de los encuentros más emocionantes de este siglo.

"13.19. Me cayeron mal. No es momento para la digestión", reconoció incluso antes de que Kylian Mbappé hiciese los dos goles que, a la postre, terminaron llevando el partido hasta la prórroga.

"14.01. Qué tensión! Increíble final! Vamos al suplementario con los huevos en la garganta", apuntó.

Una prórroga que, al menos en sus primeros compases, encontró al ex de San Antonio Spurs en la calle. "14.14. Me fui a caminar..", manifestó Ginóbili en un momento en que los nervios estaban a flor de piel y seguir frente al televisor era algo reservado solo para los más valientes.

Pero volvió, sí, volvió. Y llegó el gol de Messi en el minuto 108 de partido. "14.30! Menos mal que volví! Goooool. Pipa lo gritó conmigo!", escribió adjuntando un vídeo de su perrita que, esta vez sí, aparece completamente desatada.

Luego vino el tercer gol de Mbappé y la tanda de penaltis, en donde el 'Dibu' Martínez se convirtió en el ídolo de la selección, atajando un disparo y presenciando el desvío de otro.

Eran las 14.45, habían pasado más de dos horas y media desde el inicio del encuentro, y ahora sí: Argentina era campeona del mundo por primera vez desde 1986.

"14.45hs. Argentina Campeón Mundial! Qué emoción!! Aplausos de pie para el más grande del mundo", sentenció Ginóbili, poniendo punto final a un hilo que resumió, por sí sólo, el entusiasmo y el sufrimiento vividos por todos los argentinos este domingo.

Javier Castro Bugarín