Los penaltis del Corinthians Arena

Doha, 4 dic (EFE).- Casi ocho años atrás, un día 9 de julio, en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, en el tramo final de Brasil 2014, vivió Argentina su penúltima gran noche en un Mundial, aliviado por una tanda de penaltis que le puso la Copa de cara, más cerca que nunca otra vez.

El guardameta argentino Sergio Romero detiene el penalti lanzado por el neerlandés Wesley Sneijder, en la semifinal del Mundial 2014. EFE/EPA/DIEGO AZUBEL EDITORIAL USE ONLY[EDITORIAL USE ONLY]
photo_camera El guardameta argentino Sergio Romero detiene el penalti lanzado por el neerlandés Wesley Sneijder, en la semifinal del Mundial 2014. EFE/EPA/DIEGO AZUBEL EDITORIAL USE ONLY[EDITORIAL USE ONLY]

Doha, 4 dic (EFE).- Casi ocho años atrás, un día 9 de julio, en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, en el tramo final de Brasil 2014, vivió Argentina su penúltima gran noche en un Mundial, aliviado por una tanda de penaltis que le puso la Copa de cara, más cerca que nunca otra vez.

Estaba entonces, como hoy, Louis Van Gaal en el banquillo de Países Bajos, ese equipo que por unas cosas u otras se acerca y se acerca y no termina de rematar. Pocos han vivido tantas frustraciones en la historia del Mundial como los 'oranje'. Tantas veces tan cerca del éxito que nunca han llegado a lograr.

Vuelve a toparse Argentina con Países Bajos en este evento para alimentar la ristra de duelos de todo tipo, de buen final tanto para uno como para otros, con las estadísticas repartidas y con un duelo memorable, fresco en la memoria. El más reciente; el que resguardan los sudamericanos como motivación y ejemplo y el que no olvidan los europeos como una cuenta por saldar.

Fue la noche que encumbró al portero Sergio Romero en la selección entonces dirigida por Alejandro Sabella y con Leo Messi en plena dimensión. Que tuvo el final deseado por Argentina. Se vio campeón y a punto estuvo de serlo.

Semifinal, Brasil 2014, entre Argentina y los Países Bajos. Ciento veinte minutos y sin goles. Y los penaltis. El cara o cruz para resolver las tablas entre la presión y el drama. El Chiquito Romero que había cumplido su contrato con el Mónaco para regresar al Sampdoria italiano detuvo el tiro a Ron Peter Vaar. Transformó Messi y también Arjen Robben. Marcó Ezequiel Garay pero después otra vez Romero frustró a los Oranje y evitó el gol de Wesley Sneijder. Ya no falló nadie más. Ni Sergio Kun Agüero, ni Dirk Kuyt, ni tampoco Maxi Rodríguez.

Se salvó Argentina que se situó en la final, la quinta de su historia para recuperar el poder en el torneo que logró en 1978 y 1986. Pero no ganó. Cayó en Maracaná contra Alemania que por cuarta vez y, hasta ahora última vez, levantó la Copa.

El delirio de aquél 9 de julio se ahogó en Río de Janeiro cuatro días después. La gran ocasión perdida.

Espera Países Bajos para la revancha. Argentina para progresar, para avanzar hacia el trofeo que ya no espera en la última oportunidad de Messi. El jugador del París Saint Germain lideró a su selección. Fue elegido el mejor de la final, pero se marchó de vacío.

Solo la 'Pulga' y Ángel Di María que se perdió aquél duelo por lesión, se mantienen entre los integrantes de la Albiceleste desde entonces. Di María se lesionó en los cuartos de final ante Bélgica. solo jugó media hora. Se perdió aquél duelo contra Países Bajos y también la final.

Igual que entonces el futbolista del Juventus arrastra ahora molestias musculares sufridas en el tercer encuentro de la fase de grupos frente a Polonia.

En Países Bajos está otra vez Louis Van Gaal y de aquella noche fatídica y triste, ese otro intento fallido neerlandés permanecen hombres como el central Stefan de Vrij, Memphis Depay y Daley Blind. Un nuevo capítulo espera.

Santiago Aparicio